“Es una solución de baja tecnología para un problema high-tech”, dijo Dennis Janus, vocero de la policía nacional de ese país.
La idea surgió a raíz del potencial peligro que el boom del uso amateur
de drones sin licencia implica en espacios críticos como los
alrededores de los aeropuertos o de eventos políticos y deportivos.
Las posibles soluciones que la policía holandesa estudió incluyeron la
“caza” de los vehículos infractores con redes, el control remoto de los
mismos a través del hackeado de sus comandos, o su captura utilizando
aves de rapiña.
“La gente piensa que es una broma, pero este sistema está demostrando
ser muy eficiente”, resaltó Janus. En el video realizado por la policía
holandesa para mostrar la técnica, puede verse un drone cuadricóptero
(cuatro hélices) volando dentro de un galpón y segundos después un
águila lanzarse sobre él, capturarlo con sus garras y depositarlo en el
suelo.
Sjoerd Hoogendoorn de "Guard from Above" (custodia desde arriba), la
compañía que trabaja junto a la policía en el desarrollo del concepto,
explicó que las aves son entrenadas para reconocer a los drones como
presas y son recompensadas con un trozo de carne después de cada
incursión.
Sus garras, precisó Hoogndroorn, son suficientemente fuertes para
soportar el peso de la mayoría de los drones utilizados en el mercado
doméstico sin peligro de ser lastimadas por las hélices. Sin embargo, se
está estudiando el potencial impacto que la práctica puede acarrear en
la salud de los animales.
Otro aspecto aún no definido es saber cómo las aves puedan reaccionar
en una situación donde haya mucha gente, como un espectáculo público o
una manifestación política.
La decisión final de avanzar o no en el uso de las águilas se espera para fin de este año.
Fuente: Reuters / video: Policía de Holanda
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